Saturday, September 22, 2007

12 segundos de oscuridad



En Happy Together, la película de Wong Kar Wai, una última estrategia para deshacerse de la tristeza consiste en colocarla en una cinta –mientras los demás bailan y no se dan cuenta de que en el fondo del salón alguien llora–, para encargar a alguien que empieza a querernos que la deposite en el fin del mundo. En el fin del mundo, lo más al sur que puede llegar un ser humano por su propio pie, existe un faro, que alumbra hacia la parte de la tierra que es habitable, y advierte a los viajeros de no internarse en el océano que se ha formado a partir de todas las lágrimas que la gente va a depositar allí. Por la noche, el faro alumbra la tierra y el abismo de tristeza en que se ha convertido el océano, con intervalos que Jorge Drexler ha calculado en doce segundos. Con una voz embaucadora y seductora a la vez, Drexler canta: “Un faro para sólo de día/ Guía, mientras no deje de girar/ No es la luz lo que importa en verdad/ Son los doce segundos de oscuridad”. En cualquiera de estas doce unidades que componen la falta de luz, uno podría extraviarse fácilmente en dirección del océano de lágrimas. Pero al finalizar esos doce segundos de oscuridad, la luz alumbra la promesa de encontrar de nuevo la tierra. Yo creo que me encuentro más o menos a la mitad de esos doce segundos de oscuridad…

10 comments:

Tessitore di Sogno said...

Aquí está mi vela, hermanito... para esos 6 segundos restantes.

Arkturo said...

me encanta ese tipo, lo descubrí a inicios de este año aunque ya tenía referencia de él por el oscar que se ganó...

y de happy together... no sabría que decirte.

hay huequíllos por aquí, que topan comentarios.

very muacks

Silencio said...

Además con el sonido de Frank Zappa, Chunga's revenge, demonios que mal me puso esa película, alguna vez fui a terminar mis asuntos a mazunte, era parecido, los dos, el viaje que no quisimos cancelar a pesar de terminar un par de semanas antes, la separación ante la inminecia de las personas que se le aparecieron, salir a llorar y fumar tres cigarros seguidos, caminar en el mar a las 3 de la mañana, el regreso de 18 horas en autobús, y la separación inminente.

Así, nos quedamos en esa oscuridad y duró casi un año y quedó fulminado el asunto. Y mientras seguía sonando algo como el Tango apasionado del final.

Saludos

y bueno, dice Laura en su blog que tambien estar siempre a la luz nos quita la posibilidad de reflexionar y buscar en lo que hay dentro, en la oscuridad propia.

Mario said...

Tessitore:

Siempre se aceptan pedacitos de luz para lo que resta del camino, hermanito... Gracias, y un abrazo

Arkturo:

Creo que "Al otro lado del río", la canción que le dio el premio de la Academia y que lo volvió más famoso, no es una de sus mejores... Deberías escuchar "La infidelidad en la era de la informática", te gustará... Un abrazo, Arkturo

Silencio:

Me acuerdo que decía que Hannah Arendt que la luz del espacio público es tan potente, que acaba por destruir todo lo que no tiene porque estar allí. En política, se habla de solidaridad; en cuestiones amorosas, las que demandan la intimidad de los espacios oscuros, privados, donde sólo cabe el mundo entero de dos personas, lo que importa es que tanto pueden extenderse esos 12 segundos de oscuridad... Un abrazo, Silencio

Unknown said...

Odio el Oscar de Dextler, pero hay cosas de el que me gustan….y estar en la oscuridad, siempre será una buena opotunidad de confiar en algo mas que lo obvio…

Yayo Salva said...

Reflexionar en sero es algo que todos deberíamos hacer al menos una vez al día. No importa cuál sea el desencadenante.
Saludos.

Mario said...

Tnf25:

A mí tampoco me gusta mucho (casi nada) la canción ni la peli esa del Oscar para Drexler. Alguna vez leí que para él fue muy sencillo dejarse llevar por la historia del Che y armar en menos de dos semanas la canción que sedujo al director de la peli. Me gusta más la otra veta de Drexler: esa que habla del contraste entre vivir en la luz y luego pasar a la oscuridad, del cambio que significa gravitar en torno a una persona y luego que ésta nos saque de su órbita...

Yayo:

¿De dónde viene esa necesidad de reflexionar, ese permiso que nos damos a nosotros mismos para suspender un momento nuestra relación con la realidad? Algún día leí en un texto de Spinoza que no hay nada como el dolor, tanto físico como del alma (como si ambos pudieran separarse, je), para individuar a la gente, que la mejor forma de recordarnos que somos uno es sentirse lanzado al vacío por la indiferencia de los demás, por los celos, por la rabia. Sólo, el individuo, dolorido, lamiéndose las heridas, por fin se ha ganado su espacio para reflexionar...

Soorikeit said...

drexler es uriguayo
en uruguay en una puntita hay un faro en el Cabo polonio

DRELER SE SEPARÓ de su señora por una infidelidad, y se fue a ese lugar a escribir musica

a ese lugar solo se llega en tractor y hay unas playas maravillosas

yo soy chileno y de lo poco que he ido a uruguay me han CASI OBLIGADO a ir a baliza y cabo polonio

la primera vez que scuche doce segundos... fue en un barrio en montevideo, en la casa de la chica que fui a buscar desde el otro aldo del continente, santiago, a ver sise queria meter en mis sueños.
ese dia me presento a su nuevo novio

desde ese momento doce segundos es tb dolor pa mi, pero chite del mismo modo. es mas
ella me conto lo que te acabo de escribir arriba

jotch said...

supongo que tras un domingo como éste, no es precisamente sano cuestionarme en qué parte de la espera me encuentro detenido...

qué bonito es su blog ¿sabía? nada como la inteligencia en palabras. desde aquí, la absoluta admiración de un jotch.

-bendito sea el cine de aquellos orientales iluminados-.

[...]

Mario said...

Don Zuricato:

"Lo bueno de los años es que curan heridas/ Lo malo de los besos es que crean adicción/ Ayer quiso matarme la mujer de mi vida/ Ella apretaba el gatillo, cuando se despertó". Me acordé de los versos de esa canción de Sabina, que también hablan de que siempre somos reincidentes en eso de querer encontrar a la persona que nos complemente y que nos permita seguir siendo nosotros mismos. A veces hay que llegar tan lejos como hasta el fin del mundo para obtener un "no"; otras veces, si la fortuna está de nuestra parte, el "sí" aparece a la vuelta de la esquina. Entre el "sí" y el "no", entre los doce segundos de oscuridad y los pocos instantes de luz en la pausa, se nos van los años, y nos seguimos enamorando y corriendo hasta el fin del mundo para hallar la promesa de encontrar alguien que recolecte nuestras lágrimas y se quede con ellas... Un abrazo, don Zuricato! No sabe cómo me parecen simpáticos esos animalitos...

Jotch:

Se le extraña por acá, señor Jotch. Un chico tan listo y sensible no creo que pueda desprenderse tan fácilmente de la necesidad de mirarse los pies y saber en qué lugar está parado. No es tan sencillo. Pero algo se tendrá que hacer al respecto: hace unos días, cuando caminaba por la playa y el faro dejaba de alumbrar, me puse a cantar algo de Belle & Sebastian. Y eso me hizo darme cuenta de dónde estaba, en medio de la oscuridad, solo, pero también me percaté de que sólo faltaban unas horas para que amaneciera y el ciclo reiniciara. A veces, tambíén funcionan los abrazos, y yo te envío uno...