
Hasta el momento, el último disco de R.E.M. es Around the Sun, una obra largamente esperada, que decepcionó a buena parte de los seguidores de la banda de Athens. Las razones del desencanto son varias. No había en este disco una canción que se pudiera cantar en la ducha, como “Loosing my religión”, ni el desgarramiento profundo que resulta de sentirse como un molusco sin su concha en un mundo que es todo piedras afiladas, como al que Michael Stipe le cantaba en “Everybody Hurts”. Más bien, se trataba de una obra sobre la pérdida, sobre la sensación de aparecer como la única persona desenfocada en una fotografía de gente hermosa y feliz; un disco acerca de la forma en que el mundo puede avanzar hacia el futuro y dejarnos en el camino. Sin duda, en Around the Sun, la pieza más brillantemente opaca en su desolación es “Leaving New York”, oración fúnebre por la Gran Manzana en la que Stipe afirma: “It’s easy to leave than to be left behind/ Leaving was never my proud/ Leaving New York never easy/ I see the lights turning down”.
Around the Sun es una postal del Nueva York de Jonathan Safran Foer en Extremely Loud and Incredible Close; es la tierra de los encuentros improbables de Paul Auster; es el lugar donde un viejo festeja la caída de las Torres Gemelas porque sus plantas volverán a recibir la luz natural del sol, tal y como lo retrató Sean Penn en un cortometraje poderosísimo; es el Nueva York en el que Moby conoce a Deborah Harris para discutir en un café existencialista sobre los saldos de la noche americana después del 11 de septiembre; es Oz, la ciudad a la que cuatro provincianos de Kansas llegaron para fundar Scissor Sisters y gritarle al mundo que esta noche no tienen ganas de bailar mientras los demás bailan al ritmo de su tonada. Around the Sun, es en este sentido, un disco crepuscular, compuesto para ser escuchado mientras la lluvia ácida empieza a enfriarse y caen los primeros copos de nieve del invierno, al tiempo que tratamos de evocar la calidez del verano cuya partida en ese momento nos resulta palpable. Al final de Around the Sun, precisamente en la canción que da título al disco, Stipe se distancia del mundo en una cápsula espacial, a través de una balada para la hibernación, y dice: “I want the sun to shine on me/ I want the truth to set me free…/ Hold on world ‘cause you don’t know what’s comming/ Hold on world ‘cause I’m not jumping off/ Hold onto this boy a little longer/ Take another trip around the sun”. Pero incluso una ciudad tan hermosamente decadente como Nueva York, exige un viaje de verano, para añorarla y pulir su imagen en la memoria.
Aun y con el calentamiento global, el invierno viene precedido del verano, también en el caso de la música de R.E.M. Reveal es el disco que antecede a Around the Sun, y en palabras de los miembros de la banda, fue la obra que estuvo a punto de no ser, pues los desacuerdos creativos entre ellos habían llegado a un punto extremo. Por eso Reveal es un disco fácil, en el mejor sentido de la palabra, como si Michael Stipe y su banda hubieran querido construir un espacio de convergencia y no un nicho para los enfrentamientos. No hay en este disco dobles intenciones, ni metáforas difíciles de desentrañar. Es un disco para quedarse en casa, escuchándolo mientras se disfruta de la compañía de los amigos, con la cabeza de la persona que amas recostada en tus piernas. Es un disco directo, sin misterio, pleno como el verano y que entibia el aire en cuanto uno empieza a descubrirse preso de sus tonadas. De hecho, Michael Stipe dijo en alguna ocasión que Reveal es un disco en torno no del verano como dimensión temporal, sino acerca de la idea del verano que todos tenemos en la cabeza. Cuando pensamos en el verano, ésta aparece como la época del año en la que todo es pleno y los amigos se reúnen para desvelarse, pues no tienen que ir a trabajar el día siguiente. La realidad del verano, por supuesto, es otra cosa diferente.
La primera parte de Reveal, entre “The Lifting” y “Dissapear”, es acerca de los viajes en el verano, de esa sensación de estar perdido en la carretera, con un destino fijo en la playa, pero con el tiempo suficiente como para hacer paradas en el camino y conocer pueblos de cinco manzanas y nadar desnudo en algún arroyo para calmar el calor. “Humming all the way to Reno/ You’ve written your own directions and whistle the rules of chance/ You know what you are/ You gonna be a star”. Todos sabemos lo que somos, de dónde venimos, aunque el destino del viaje sea otro que el que habíamos planeado al principio. Y aunque el verano nos maree hasta hacernos perder la noción del lugar donde estamos parados, todavía queda fuerza para silbar una canción pop y dulce para ahuyentar el miedo.
La segunda parte de Reveal, entre “Saturn Return” y “Summer Turns to High”, es un conjunto de variaciones sobre un mismo tema: la embriaguez del verano, ese momento en el que uno podría renunciar sin problemas al trabajo para irse a poner un bar en la playa. Aquí se encuentra la joya de la corona en Reveal: “Imitation of Life”. Frente al verano y su sol que despelleja la piel de los pómulos, todo puede sacrificarse. Conservar un rayo de sol bien vale opacar la rutina para el resto de la vida. Uno se imagina que el verano es la época en la que el amor no duele, en donde el sol lo baña todo y la gente no tiene lugar para guardar sus secretos, y por eso tiene que ser honesta. Un poco borrachos por la felicidad, el verano de Reveal es el momento preciso para hacer confesiones que nos helarían el corazón si las sacáramos a la luz en el invierno o que morirían de inanición en la primavera. “Charades, pop skill/ Water hyacinth named by a poet/ Imitation of life/ Like a coi in a frozen pound/ Like a goldfish in a bowl/ I don’t want to hear you cry/ That sugar cane/ That tasted good/ That’s cinamonn/ That’s Hollywood”. En el verano de nuestra vida, al calor del baile y la tentación de mandarlo todo al diablo, no duele confesar que la adolescencia es una etapa que nunca superamos, que seguimos tratando de ir al baile de graduación lo más presentables posible y que nos esforzamos por lucir como si no nos hubiéramos esforzado en nuestro aspecto. Al calor del verano, es posible decir que la vida no es lo que se esperaba, que el amor de tu vida nunca llegó y sin embargo eres feliz con la persona que tienes al lado; entonces se puede confesar que la música que te hace llorar sólo provoca risas entre los adolescentes que ves caminando por la playa.
Reveal finaliza, entre “Chorus and the Ring” y “Beachball”, con la resaca del verano. El calor ha sido intenso, y las nubes se condensan sobre nuestra cabeza. Amenaza la lluvia, se nos ha pasado la borrachera y el verano agoniza. Uno piensa que es mejor que llueva pronto, para que las gotas se confundan con nuestras lágrimas. ¡Qué tristeza da saber que un buen día está llegando a su fin y que el día de mañana no garantiza la preservación de la felicidad que se ha conseguido el día de hoy! Los planetas siguen orbitando alrededor del Sol, la luna nos acompaña en nuestro viaje por el Universo, y las estaciones seguirán sucediéndose en el tiempo, hasta que todo esto termine. El verano finaliza, y hay que regresar a trabajar, dormirse temprano para cumplir puntualmente con las obligaciones de mañana, hacer citas que nunca llegarán para comer con los amigos. Somos felices, porque es el último día del verano, pero dejamos de serlo en cuanto nos percatamos de esto. La película está a punto de terminar, y no sabemos si esto ha sido una tragedia o una comedia. La luz del verano se debilita cada segundo, y ya no es realidad sino sólo una idea. “I used to think as birds take wings/ They sing through life/ So why can’t we?/ We cling to this and claim the best/ If this is what you’re offering/ I’ll take the rain”... Pero al verano le quedan unos minutos, los suficientes para meter en la mochila un poco de calor para desempacarlo en la oficina. El verano se ha ido, pero la idea del verano se queda, y ese es, parecen decirnos Michael Stipe y compañía, motivo suficiente para llegar al invierno, resistir su duración completa, y estar esperanzados de que un nuevo verano está a la vuelta de la esquina. Con suerte, los amigos también hicieron acopio de fuerzas y sobrevivieron a las tres estaciones siguientes; si son afortunados, los adolescentes que se burlaban de nuestra nostalgia musical, llegarán a la edad en que se habrán convertido en aquellos que éramos nosotros el verano pasado.