Tuesday, September 19, 2006

Nostalgia por el fin del mundo ocurrido en 1987








Pues, así es, en 1987 tres jóvenes de la Atenas gringa festejaban que por fin hubiera ocurrido el fin del mundo y ellos siguieran sintiéndose bien. “It’s the end of the world as we know it… and I feel fine!”, cantaba un Michael Stipe aún con cabello y todavía sin conocer a Bono para hacer conciertos a beneficio de causas sociales loables. En aquellos años yo tenía apenas 9 de edad, y nunca se me hubiera ocurrido que alguien allá afuera de los estrechos límites de mi mundo estaba escribiendo música tan poderosa como la que hacía Stipe acompañado de Mike Mills, Peter Buck y Bill Berry. Ellos –dicen los que saben mucho de esto y no pierden la oportunidad de decirlo en público–, fueron los padres de la escena alternativa estadounidense y el antecedente directo de bandas como Nirvana y Pearl Jam. Pero todo esto no lo sé de cierto, sólo lo supongo.

R.E.M. y yo fuimos formalmente presentados en el año de 1991, a través del éxito masivo que significó “Loosing my religión”, y que ha sido cantada en fiestas de nostálgicos de la década de 1990, destrozada por los microbuseros que la entonan cada vez que pasa en la estación de radio de las “viejitas pero bonitas” e interpretada –según leí alguna vez en la página web de un predicador protestante gringo– como el himno de un chico protestante arrepentido de la práctica del onanismo. En ese entonces quedé fascinado por el “Out of Time”, el disco que contenía la multicitada rola. ¿Quién me iba decir que el año siguiente los de Athens editarían “Automatic for the People”, el disco que muchos consideramos es su obra maestra? De allí salieron canciones como la del homenaje a Andy Kaufman y que después Milos Forman haría el leit motiv de su película sobre este personaje: “Man on the moon”; rolas como la de la dulce desesperación suicida que expresa “Everybody hurts” y que todavía frecuento en los días de depresión (que últimamente han sido muchos); o auténticos himnos a la resistencia del espíritu como el de “Nightswimming”. “Out of Time” fue el primer disco que R.E.M. grabó con Warner y, por aquel entonces, se convirtió en la banda alternativa con el contrato millonario más sustancioso en la industria.

Y, sin embargo, antes de Warner estuvo I.R.S, la pequeña compañía que primero creyó en ellos y les editó maravillas como el “Lifes Rich Pageant” o el “Murmur”. Ahora, acaba de editarse en un disco doble el legado de R.E.M. de aquellos años en I.S.R. Se reúnen canciones muy conocidas por todos, que muchas veces me acompañaron en la época de la preparatoria y la universidad, en sus versiones de casetera, cuando había que desvelarse para terminar un trabajo final para el día siguiente y la única compañía era la voz de terciopelo ajado de Michael Stipe cantándome en sesión privada “Talk about the Passion”, “Driver 8”, “Gardening at Night” o “Cuyahoga”. Entre las reliquias de la época en I.R.S. apareció, para mi sorpresa, una versión primigenia, desfachatada y, por qué no decirlo, acojonante de “Bad Day”, una de las “nuevas” canciones aparecida en “In Time: The Best of R.E.M” del año 2003. Después de esta recopilación de éxitos, la banda sólo edito un disco no muy afortunado, “Around the Sun” y hasta el momento permanece la interrogante sobre su futuro.

A mí que me sobran los motivos para ponerme nostálgico, me puso en un estado de felicidad triste o de tristeza feliz –como decía Milan Kundera en La insoportable levedad del ser– el constatar que quizá los mejores años de la que es mi banda favorita ya han pasado. Decía que el “Automatic for the People” me parecía una obra maestra. La desgracia con aquellos que producen su obra maestra es que después están condenados a ir cuesta abajo. Le pasó a Steven Soderbergh con Sexo, mentiras y video y –me duele decirlo– le está pasando a R.E.M. Si comparo la versión temprana e inacabada de “Bad Day” de 1987 y la versión definitiva, de estudio y pulida de 2003, me parece que la última sigue teniendo la fuerza de la voz camaleónica de Stipe, la guitarra de Buck y el bajo dulzón de Mills, pero se ha perdido algo del desparpajo y la incorrección lúdica que la primera preservó de manera sorprendente. Después de “Automatic for the People”, vinieron “Monster”, “New Adventures in Hi-Fi”, “Up”, “Reveal” y el mencionado “Around the Sun”. En todos ellos hay muestras de genio: “What’s the Frecuency Keneth”, “E-Bow the Letter” (una de mis canciones favoritas de siempre), “Why don’t you Smile?”, “Imitation of Life” (la mejor rola que se puede corear en un concierto de R.E.M. porque acaba contagiando con su dulzura venenosa a todo el público) o “Leaving New York” (que razón tenía Stipe cuando cantaba: “It’s easier to leave than to be left behin… Leaving was never my proud”). Pero también es cierto que los discos en su conjunto denotan una cierta dosis de cansancio.

No sé si la de la R.E.M. sea una actitud de viejo sabio, de resistirse a correr cuando todo el mundo exige novedades que se puedan vender y desechar en menos de una semana. Me enorgullece ver que Stipe no he cedido frente a quienes quieren que maquile otra nueva “Shinny Happy People” y que, practicando el vegetarianismo y su compromiso con el comercio justo, no ha caído en la actitud mesiánica de Bono. Y eso ya es algo. No sé hasta qué punto la relación entre este cuarteto convertido en trío –como todas las relaciones amorosas y de complicidad– haya terminado por perder su lustre inicial y a la pasión la haya sustituido alguno de los sentimientos asociados al compañerismo y la solidaridad. Sólo espero que Michael Stipe se de un tiempo entre la producción de películas independientes, los duetos con Chris Martin y Brian Molko y los coqueteos musicales con Serge Gainsbourg, para desempolvarse un poco la calva y volver al camino salvaje que conoció las mejores obras de R.E.M. Evidentemente, el cabello no se recupera, la actitud incendiaria de la juventud tampoco, pero siempre queda la posibilidad de ensayar nuevas versiones de aquellas viejas experiencias. A fin de cuentas, los grandes autores siempre hacen variaciones sobre un mismo tema. A fin de cuentas, hasta Andy Kaufman regresó de la tumba. A fin de cuentas, el fin del mundo ya ocurrió en 1987 y yo sigo sintiéndome bien cada vez que escucho una rola de R.E.M.

8 comments:

Zelig said...

Es curioso, precisamente inauguré mi blog, con el título de esa canción, parece que como elemento fundacional sigue siendo apropiada.

Yo de REM allá por mi tierna infancia tuve el "Automatic for the people", el "Out of Time" y el anterior a éste, pero como eran en formato cassete, al llegar la era digital fueron a parar, junto al resto, a una caja de zapatos donde sobreviven.

Ya en CD y en época reciente sólo tengo un grandes éxitos y uno de rarezas y caras b, que escucho poco.

Mario said...

Cuántos casetes míos no han ido a parar también a la caja de zapatos!!! Ayer platicábamos con unos amigos sobre un extraño fetichismo relacionado con la música: ahora que ya se comercializa la música en línea, probablemente desaparecerán las cajitas de CD's o se harán cada vez más austeras y económicas. Pero qué placer da abrir un disco u hojear un libro por primera vez. El grandes éxitos al que te refieres es una muestra de lo buena que es esta banda.

Love doctor said...

Yo no sabía eso de los cuartetos que se convierten en tríos, está súper bonito.

Justo ayer fui a mix up a pendejiar un par de minutos antes de comer; vi el disco ese y pensé en comprármelo, pero yo fui formalmente presentado con REM cuando escuché en la radio Daysleeper. Ya antes sabía que eran los de Loosing my religion y Everybody hurts, pero nunca compré un disco hasta el Up.

Ahora sé que me voy a comprar ese disco, y te agradezco por la abundante reflexión.

Mis favoritas de REM hasta ahora: Lotus, Orange Crush, Walk unaffraid y Suspicion, Nightswimming y At my most beautiful.

Mario said...

Dr. Love (¿o Dr. Strangelove?): Pues así llega a suceder con el corazón cuando no sabe querer a una sola persona: se hacen cuartetos, quintetos, sinfónicas. El problema es encontrar la pieza musical que todos quieran y estén capacitados para interpretar al unísono.

Por experiencia propia, te digo que es muy malo eso de ver música antes de comer. Luego te quedas con el antojo de muchas cosas, y acaba haciéndote mala digestión si el contenido monetario de tu bolsillo no es directamente proporcional a tus ansías de discos nuevos.

Me encanta "Walk Unafraid", sobre todo esta parte:

Say "keep within the boundaries if you want to play."
Say "contradiction only makes it harder."
How can I be
What I want To be?
When all I want to do is strip away
These stilled constraints
And crush this charade
Shred this sad masquerade
I don't need no persuading
I'll trip, fall, pick myself up and
Walk unafraid
I'll be clumsy instead
Hold my love or leave me high.

el juntacadáveres said...

wow... da gusto encontrarte... yo me enganché con R.E.M. con la de Radio song, que no es por mucho lo más representativo, pero desde que la escuché hace ya más de 15 años no he podido dejar de escucharlos... si algo puedo decir que define mi gusto por la música, por toda la música, es mi gusto por R.E.M., cada etapa de mi vida la he pasado con una buena rola de ellos...
saludos...

Mario said...

Claro, esa canción es genial, de la época de más frescura en la carrera de R.E.M. A mi me pasa lo mismo: ciertos momentos los asocío con "Everybody Hurts", otros fon "Nightswimming", algunos más con "Talk About the Passion". Este año que fue de ajustes y de dejar muchas cosas de manera definitiva, la canción a la que más recurrí fue "Leaving New York". Aunque no conozco Nueva York, me siento muy identificado con eso de "It's easier to leave than to be left behind, but leaving was never my proud"... Muchas gracias por venir de visita, yo haré lo mismo en tus territorios

el juntacadáveres said...

por cierto... me hiciste repasar todos mi cd's de R.E.M. estos días, me dio la fiebre por escucharlos de nuevo, y hoy por la mañana pensaba que en definitiva "Automatic for the people" era el mejor, y ahora que te releo veo que coincidimos...

Mario said...

Juntacadáveres: Lo único malo de hacer obras maestras, es que en adelante todo será cuesta abajo, jejeje... Por fortuna, yo estoy todavía muy lejos de hacer la mía... Saludos y felicidades por la excelente compañía musical de los R.E.M.