Sunday, October 15, 2006

La guerra en los días de Sodoma



“–No entiendo… Si es la guerra, da lo mismo que batallen donde sea.

“–No es lo mismo, no… –explicó el anciano amolador–. Calcule, vale: ellos pelean por quedarse con esta ciudad, pero si dañan y queman todo, ¿qué sentido tiene que peleen? Hay que ser medio guanaco para guerrearse por una ruina. No, aquí son civilizados… De algo les ha servido hacer la guerra a diario.

“–¿Cuántos años lleva esta guerra?

“El amolador levantó la mano, en gesto de que esperara. La volvió a poner parsimonioso sobre la manivela e hizo girar la piedra de amolar. La hoja del puñal rechinó al contacto con la piedra y volvió a llenar de chispas la sombra del tamarindo.

“–¿Años? Es la guerra de hoy. Comenzó esta mañana y debe terminarse al atardecer, antes de la cena –informó el anciano.

“–No comprendo por qué una guerra tenga que acabar el mismo día…

“–Es que cada día tiene su propia guerra, vale. Mañana toca otra y pasado otras, y así –aclaró. Como notaba que el visitante continuaba sin entender, fue más específico–. En esta ciudad, cuando dos grupos encuentran motivos para levantarse en armas, lo que hacen es ir al Ayuntamiento y pedir que les aparten un día para guerrear. Ahí los inscriben en una lista. A veces tienen que esperar hasta dos años por la fecha, porque la lista es muy larga… Fíjese que, al pasar tanto tiempo entre el motivo y la batalla, se han dado caso en que los grupos se enfrentan sin recordar por qué.”


Pedro Antonio Valdez, Carnaval de Sodoma, México, Alfaguara, 2006, pp. 84-85.

4 comments:

el juntacadáveres said...

...bueno... que mejor que eso para invitarme a llegar al texto...
saludos...

Mario said...

Me gustó mucho la novela, aunque creo que arranca con más brío del que conserva para el final. El autor juega con todas las convenciones del realismo mágico que asociamos con la literatura latinoamericana del boom. Cada capítulo es un paso más en dirección de la locura colectiva y el delirio como práctica ritual. Tengo muchas ganas de ver cómo es que Ripstein resolvió muchas de las mejores páginas de la novela, que francamente parecen infilmables... Como siempre, es grato leerte por aquí. Un abrazo

Srta. Maquiavélica said...

WOWWWWWW thanks x visitar mi blog¡¡
Estoy checando el tuyo¡¡¡se ve interesante¡¡¡¡ principalmente intelectual para gente intelectual¡¡¡
Besos Maquiavelicos

Mario said...

¿Qué puede haber más delicioso que besos maquiavélicos? Porque el fin justifica los medios... Saludos.