En Psicoanálisis de los cuentos de hadas, el psicólogo vienés Bruno Bettelheim realizó un ejercicio de crítica literaria para mostrar que los cuentos de hadas –con sus ogros, princesas, príncipes, magos y madrastras malvadas– tienen la función de modelar en los niños la diferencia elemental entre el bien y el mal. Por supuesto que la representación del vicio y la virtud en los cuentos es maniquea y de trazo grueso. Pero Bettelheim señala que esa forma de distinguir lo correcto de lo incorrecto que se plantea exclusivamente en blanco y negro –sin que el niño sepa todavía que hay toda una gama intermedia de grises–, es la base que después habrá de volverse más compleja con el transcurso del tiempo. Pero si el niño no contará con ese fundamento maniqueo, no podría empezar a forjarse una conciencia moral. Los cuentos de hadas, asegura Bettelheim, son un catálogo de comportamientos virtuosos y viciosos que los niños empiezan a integrar en una jerarquía de valores que les permiten reconocer su mundo inmediato y el sentido de la personalidad moral que ellos mismos ejercerán. Por eso es que el padre ideal muchas veces se parece a San Jorge, quien es capaz de derrotar a todos los dragones que se le presentan en el camino y, al mismo tiempo, es incapaz de realizar una acción innoble. Por eso es que los maestros siempre son confundidos con ogros perversos con colecciones de cráneos de niños en su escritorio, de tantos que han devorado.
No sé si tenga alguna validez psicológica la teoría de Bettelheim sobre los cuentos de hadas. Lo que si me parece extraordinario es la forma en que él sometió a los cuentos inocentes a un proceso de disección que revela la ambigüedad y la crueldad implícita en éstos. Probablemente, la teoría de Bettelheim funciona más como una metáfora del dominio de la teoría del discurso, que como un instrumento serio de análisis psicológicos. Y eso no le quita un ápice de su belleza, después de todo. Pero, ¿qué pasa cuando sucede lo contrario, es decir, cuando los comportamientos de los seres humanos reales se vuelven metáforas de las conductas maniqueas de los cuentos de hadas? ¿Qué sucede cuando la crueldad humana puede ser tan terrible como la de la bruja que devora a niños atrayéndolos con la promesa de dulces? ¿Qué ocurre cuando la bondad es sometida con la misma facilidad con que el leñador destaza al lobo para buscar en su interior los restos de las personas que ha devorado?
En El rey de los alisos, el escritor francés Michel Tournier presentaba a un extraño personaje, a quien los funcionarios del Tercer Reich habían encargado cuidar de los niños que constituirían la nueva raza que Alemania legaría al mundo, libre de imperfecciones y de debilidades. Con el tiempo Abetl Tiffauges, “El ogro”, como lo llaman los niños del castillo en el que estaba obligado a trabajar para los nazis, asume la tarea de reclutar a más infantes de los campos vecinos para sumarlos a la causa de fortalecer la raza aria de los delirios de Hitler. Por eso es que cuando aparece “El ogro”, los niños corren a esconderse. Empiezan a contarle las madres a sus hijos, que si se portan mal, “El ogro” vendrá por ellos para arrancarlos de su lado para siempre. En este caso, “El ogro” Tiffauges se vuelve tan temible como cualquier demonio de leyenda o bruja de cuento. La sabiduría de Tournier consiste en mostrarnos como aun siendo adultos, el mal que otros pueden ejercer sobre nosotros nos puede devolver a nuestros peores terrores infantiles.
En la historia existen personajes más aterradores que los que pueblan los cuentos de hadas. En la realidad, el mal se ha presentado bajo formas tan crueles que rebasan los paisajes desolados de los cuentos, en los que finalmente la virtud acababa imponiéndose. En la realidad, no hay redención garantizada ni la felicidad como consecuencia de un comportamiento virtuoso. El mexicano Guillermo del Toro y el argentino Israel Adrián Caetano son dos cineastas de enorme talento, sensibles y preocupados por los dilemas que plantea la historia reciente. Del Toro se ha ocupado de la Guerra Civil española en El espinazo del diablo y ha usado a la megalomania nazi como trasfondo de Hellboy. Por su parte, en Piza, birra y faso, Caetano se interesa por mostrar la forma en que las expectativas de los jóvenes argentinos (y latinoamericanos) han sido reducidas a nada como consecuencia de la irresponsabilidad política posterior a la época de la dictadura. Ahora, con El laberinto del fauno y Crónica de una fuga, ambos cineastas toman elementos del cine fantástico para contar, en un caso, la represión de la dictadura franquista y, en el otro, el escape de la mansión en la que la dictadura argentina torturaba y mataba a los disidentes. Ambas películas son imprescindibles, por la forma en que usan los recursos del cuento de hadas y del cine fantástico para hablarnos de algo que no es ni mítico ni irreal: la violencia y la crueldad que los seres humanos podemos desplegar en el mundo sin sentir ningún remordimiento por ello. Los ogros pueden revivir una vez que pensamos que ya han sido liquidados. Los héroes no siempre tienen garantizada la felicidad al final de un camino lleno de peligros y esfuerzos. Sin embargo, quizá los niños (y los adultos) que se acerquen a estas nuevas narraciones del horror, aprenderán un poco de la historia para intentar no repetir los errores del pasado.
9 comments:
interesante... algo había leido respecto a esa construcción sobre el bien y el mal y bueno no me parece tan descabellada...
estaré atento sobre esas películas...
saludos...
Querido Mario,
Estoy de acuerdo en tu visión sobre los cuentos de hadas, lo que me temo es que en nada se parecen los libros infantiles actuales, donde impera el sobreproteccionismo, lo políticamente correcto y los niños son tratados poco más que de imbéciles, a los clásicos de Perrault o Andersen, algunos de los cuales son aterradores.
He visto "El laberinto del fauno" y la verdad es que no me gustó mucho, mi acompañante, en cambio, salió entusiasmada, creo que el filme tendrá críticas dispares. Me parecieron dos historias inconexas y con altibajos en los actores Sergi Lopez está estupendo y Ariadna Gil para matarla, a ver si hago un post más extenso al respecto y lo cuelgo.
Saludos,
Z.
Como ven la película ha generado opiniones encontradas, y eso es síntoma de que está viva. Quizá lo que le falta a "Crónica de una fuga" es esa atención mediática que dan el dinero y la publicidad...
Como dice El Juntacadáveres, no es descabellado pensar que las historias planteadas moralmente en blanco y negro son tan atrayentes como complejos son los dilemas morales a que nos enfrentamos todos los días, y que siempre se plantean en una gama de grises infinitos...
Y coincido con Zelig en lo que dice de los productos de consumo para los niños de hoy... En todo caso, me quedo con la bribonería de Top Cat (conocido como Don Gato en México) que con la ñoñeria sinsentido de el dinosaurio Barney... A los creadores de estos cuentos de hadas para subnormales, que los encierren con el monstruo de los ojos en las palmas de las manos, para que les de su merecido... Y si, Sergi Lopez vuelve a estar estupendo, mientras que prefiero la mirada extraviada de la bella Arianda Gil en "La virgen de la lujuria"...
interesantísimo post. la morfología del cuento de hadas de vladimir propp tb recoge algunas de estas cosas.
Y qué ganas tengo de ver 'el laberinto del fauno', igual este fin de semana.
un abrazo.
tendré que leerlo más de dos veces...
no cabe duda, de que tengo la capacidad lectora de -45 kb
Senses: No conozco la obra de Propp, pero sin duda la trataré de revisar, porque mi trabajo de tesis de maestría tiene que ver con las narrativas y cómo sirven para reconfigurar (o estrechar) los imaginarios sociales en un sentido más democrático e incluyente. Me encantará conocer tu opinión sobre Del Toro, pero cuidado con las aglomeraciones porque yo la vi en un cine en el que no cabía ni un alma...
Arkturo: Me da gusto que el guardián entre el centeno visite estas tierras, jejeje...
Buenas :)
Es curioso, porque vi El Laberinto del Fauno este fin de semana y al salir no pude hacer otra cosa que releer algunas partes del libro de Mr. Bettelheim.
En contra de lo que dice Zelig, la parte fantástica de la película me parece fundamental para entenderla por completo. Aunque sólo sea por el descubrimiento de quién es el monstruo más terrible, a pesar de las apariencias.
Del libro de Bruno Bettelheim, una de las cosas más interesantes que saco es la importancia de NO simplificar la historia. Por ejemplo, una de las versiones de Caperucita (no recuerdo de quién ahora mismo) tiene un "añadido" al final: la niña va otra vez a casa de su abuela, y se encuentra con otro lobo, que también intenta engañarla. No se fía, y va a casa de su abuela directamente, donde le preparan entre las dos una trampa.
Esta parte, por ejemplo, me parece fundamental para que el niño entienda que se puede aprender de la experiencia, y que por muchos "lobos" que intenten engañarle, ya no podrán hacerlo porque él "se ha hecho" más listo que ellos.
Saludos :)
mirame ..
mirate ...
como hemos cambiado..
ando medio inspirado jajaj ;DDDD
un saludillo
Saricchiella:
Precisamente, el día de hoy platicaba con mi amiga Pilar de algunas dudas que tenía respecto de la película, en el mismo sentido que Zelig... Y ella me recordaba algo: la tipología clásica del cuento de hadas hace que el héroe se encuentre con desviaciones (como la incursión en las entrañas del árbol muerto o la escena del monstruos con los ojos en las palmas) que son estaciones en un camino que él habrá de descubrir, precisamente, porque sabe aprender de sus errores y logra un aprendizaje moral que no tenía al principio... Estoy de acuerdo contigo, y me confirma que "El laberinto..." es una película importante por las interpretaciones dispares que genera... Qué grato encontrarte por acá...
Arkturo:
Quizá sea el cambio del héroe que eres de tu propio cuento de hadas... En muy pocas palabras, tienes razón, encuentro mucha inspiración... Un abrazo
Post a Comment